martes, 7 de diciembre de 2010

GUÍA PARA RENDIR EL EXAMEN FINAL EN COMPETENCIA COMUNICATIVA

PROF. CENA, BRENDA ANALÍA / ESPACIO: COMPETENCIA COMUNICATIVA
Espacio de contacto:
 www.lostextosacademicos.blogspot.com
  e-mail: circes@gmail.com
 Trabajo para presentar siete días antes de la fecha del examen final:
  1. Seleccionará un texto que haya escrito durante el cursado (Monografía o resumen personal  - textos producidos en clase)
  1. Reconocerá en él todos los problemas de escritura posibles a partir de preguntas que le hará al texto y que se proponen en el cuadernillo página s 56-57: Guía tentativa para la corrección de trabajos escritos y pág. 88: Pautas para la revisión de un texto de confrontación/complementación de fuentes.
  2. Reescribirá una nueva versión del mismo, y explicará los cambios y mejoras introducidos a partir de los recursos de escritura y de las operaciones lingüístico-cognitivas puestas en juego.
Recomendaciones importantes:
1.       Lea atentamente el programa del espacio y elabore un mapa conceptual o semántico de cada uno de los módulos.
2.       Revise los criterios de evaluación que se tendrán en cuenta para la mesa final (en programa)
3.       Prepare un módulo que desee exponer (Lectura/Escritura  u oralidad) y elabore una exposición de los temas que tratará con ayuda del mapa semántico de la unidad elegida.
4.       Elabore un cuadro comparativo entre los siguientes tipos textuales: Respuesta de parcial, informe de lectura, monografía, ponencia, capítulo de manual universitario, diccionario especializado. (Para la elaboración del cuadro tenga en cuenta los siguientes criterios: características o definición del género, operaciones lingüísticas que abundan en ese tipo de texto, enunciador (Uso de la persona gramatical, formación académica, campo de conocimiento al que pertenece), a quién va dirigido (tipo de lector). Pueden ayudarse del trabajo grupal sobre textos académicos.
5.       Preguntas posibles para el examen: ¿Para qué sirve la confrontación de  fuentes? ¿Cómo se hace una confrontación o complementación de fuentes? ¿Qué se debe tener en cuenta para reconocer textos académicos? ¿Qué se debe saber y tener en cuenta para realizar una exposición oral con éxito?  ¿Qué diferencias existen entre el mapa conceptual, el mapa semántico y la red semántica?  ¿Què es leer? ¿Qué es la metacognición? ¿Qué es escribir? ¿Qué significa tener competencia oral? ¿Qué es exponer? ¿Qué es argumentar?
6.       Leer antamente el texto que sigue y a partir de lo comprendido desarrolle las actividades a y b.
a.  Recuerde  y registre ¿cuáles de las claves para interpretar se trabajaron en clase a lo largo del cursado?
a. Elabore un texto donde explique qué es interpretar,  y fundamente qué importancia tiene saber interpretar, qué se debe hacer como lector para poder interpretar un texto, y cómo reconocer la ideología en los textos. (No es un texto para presentar obligatoriamente). (Se puede citar el texto de Daniel Cassany en su producción)

Autoría: Daniel Cassany / Estudiantes/ Ministerio de Educación de España. Sitio web: www.leer.es
10 claves para aprender a interpretar
 Algunas reflexiones para empezar…
1. ¿Quién es el autor?
2. ¿Qué pretende?
3. ¿Dónde y cuándo se ha publicado?
4. ¿De qué tipo de texto se trata?
5. ¿Qué tipo de información aporta?
6. ¿Qué datos se destacan y se minimizan?
7. ¿Qué es lo que se da a entender?
8. ¿A quién se cita y a quién no?
9. ¿Qué palabras utiliza el texto?
10. ¿Cuál es tu opinión?
Algunas reflexiones para empezar…
Los textos escritos se parecen mucho a las conversaciones. Todos podemos hablar y lo hacemos explicando las cosas desde nuestro punto de vista: decimos lo que nos conviene, ocultamos detalles que nos perjudican, destacamos lo que nos interesa, defendemos nuestra opinión, exageramos… e incluso a veces se miente y engaña, como sabemos. Al escribir y leer no somos mejores.
Algunos textos han superado fuertes controles de calidad y podemos confiar en que aportan datos ciertos e importantes. Es el caso de los libros que encontramos en una biblioteca, de las webs de instituciones públicas (gobiernos, universidades) o algunos periódicos de prestigio. Pero incluso estos escritos adoptan siempre una perspectiva: ni dan toda la información, ni incluyen todas las opiniones ni pueden atender los
intereses de  cada lector.
Muchos otros escritos se publican sin control de calidad y pueden despertar desconfianza. Es el caso de muchas páginas en Internet (webs de empresas, blogs personales, foros temáticos), de los anuncios comerciales o incluso de algunas revistas, periódicos y libros no contrastados. No siempre sabemos de dónde procede la información, qué grado de veracidad tiene o qué intereses persiguen su autor o la organización que ha pagado la publicación.
Por todo ello, al leer no basta con comprender lo que se dice, sino que debemos interpretarlo. Interpretar significa aquí valorar críticamente el texto: darle el sentido real que tiene en nuestra comunidad y utilizarlo provechosamente en nuestro día a día. Implica tener respuestas para preguntas como: ¿es cierto?, ¿me fío?, ¿lo pongo en práctica?, ¿estoy de acuerdo?, etc.
En este artículo explicaré 10 claves para aprender a interpretar cualquier texto. Son preguntas generales que puedes hacerte al leer: te ayudarán a recordar que un texto, además de transmitir información, también es una herramienta que utiliza un autor para conseguir un propósito.
1. ¿Quién es el autor?
Puede ser una persona (en una columna de opinión), un grupo de amigos (una invitación), un equipo de profesionales (en una noticia, un artículo científico) o toda una institución (en la web de un Ayuntamiento) o un país (en la constitución española). Siempre hay “alguien” detrás de un escrito. Incluso los anónimos fueron escritos por personas de carne y hueso, que en este caso se esconden. Conocer  al autor permite contextualizar mejor su texto: busca información de él o ella en Internet o en la biblioteca; investiga quién es, dónde trabaja, qué ha publicado antes, cómo ve el mundo, qué piensan de él o ella otras personas que conozcas y que te merezcan confianza.
2. ¿Qué pretende?
Es la pregunta más importante. Escribir es laborioso y si alguien se ha tomado la molestia de hacerlo es porque pretende algo: convencernos de una propuesta (despenalizar el aborto), difundir una idea (usar condón en las relaciones sexuales), criticar a alguien (el presidente), etc. Pregúntate por qué el autor escribió eso (es de izquierdas, es responsable) y qué intereses tiene (milita en el mismo partido, quiere conservar su posición). Además, es habitual que existan otros autores (de derechas, la Iglesia católica) con propósitos opuestos (no al aborto o al condón, defender al presidente).
Averigua qué otros autores existen y cuáles son sus intenciones alternativas: conocer el entramado de autores y propósitos te ayudará a situar cada texto.
3. ¿Dónde y cuándo se ha publicado?
Fíjate en la editorial, en el periódico o en la web en que se ha publicado el texto; averigua qué otras actividades hacen, en qué ámbitos o sectores de la sociedad se mueven, quién es su dueño (grupo empresarial o político, multinacional).
Presta atención a la valoración social que se hace de ellos: ¿es un periódico serio o sensacionalista?, ¿es la web de una universidad reconocida, de una organización sin ánimo de lucro o de una secta proselitista?, ¿es una editorial de prestigio o comercial? Los textos heredan en parte los valores que tienen los medios en que se publican. Al analizar a los medios podemos entender mejor los textos particulares que han publicado.
4. ¿De qué tipo de texto se trata?
Nos rodean textos extraordinariamente variados: una ley, una noticia periodística, un rótulo comercial, una prédica religiosa, un artículo científico, una instrucción
técnica, etc. Cada texto tiene sus funciones, su estructura y un lenguaje propios, y se usan solo en su contexto. Identifica el tipo de texto o género de que se trata y averigua si respeta sus convenciones más habituales. Por ejemplo, si se trata de una carta: ¿tiene membrete?, ¿el saludo se corresponde con la despedida? Si se trata de
una argumentación: ¿cuál es la tesis?, ¿cuáles son los argumentos? A veces un autor se aparta de las convenciones establecidas para un género textual y eso es llamativo:
¿por qué lo hace?, ¿qué pretende?
5. ¿Qué tipo de información aporta?
Los textos aportan datos de naturaleza diversa: una noticia expone hechos empíricos y debe ser objetiva y detallada; una columna de opinión expone un punto de vista y debe ser clara y convincente; una ley y una norma detallan las reglas o los principios que deben seguirse y son precisos y evitan las ambigüedades; un artículo científico describe los resultados que aporta una investigación; un poema o un cuento crean historias y entretienen y emocionan. No confundas los diferentes tipos de información.
Pregúntate: ¿hay datos empíricos u opiniones personales?, ¿proceden de la observación periodística, de la investigación científica, de alguna doctrina religiosa o de la imaginación del autor? Evalúa también la calidad de cada tipo de contenido: ¿la noticia es detallada?, ¿la columna de opinión aporta argumentos sólidos?, ¿la ley es clara?, ¿la doctrina está de acuerdo con mis principios?, ¿el cuento es original o emocionante?
6. ¿Qué datos se destacan y se minimizan?
No todas las posiciones de un texto tienen la misma importancia: sabemos que el título enumera el tema, la idea principal o una referencia relevante; que el primer párrafo y el último son especiales. En un periódico, son más caros los anuncios de la página derecha y de la parte superior que los de la izquierda y de la parte inferior, porque el lector los lee en primer lugar. También al leer prestamos más atención a las primeras frases de un párrafo o a los sujetos de las oraciones, que son quienes protagonizan las acciones. Los autores hábiles suelen aprovecharse de ello para destacar lo que les interesa en las posiciones relevantes y para minimizar o esconder lo que no les conviene en el resto de posiciones. Entonces: ¿cuáles son las posiciones importantes del texto?, ¿qué ideas quiere destacar el autor?, ¿por qué?
7. ¿Qué es lo que se da a entender?
Muchos textos comunican ideas y puntos de vista de manera implícita, con presuposiciones, ambigüedades o dobles sentidos; a menudo estas ideas son tan importantes como el resto o incluso más. Fíjate en estos ejemplos: al decir es catalán pero muy vago se está presuponiendo el tópico de que los catalanes son trabajadores; al decir Martín intentó de nuevo dejar de beber se da a entender que Martín ya había bebido antes y que había intentado dejarlo sin éxito (además de sugerir que tiene problemas con la bebida); también, al decir el Betis no pudo marcar 3 goles (en vez de decir simplemente el Betis marcó 2 goles) se está presuponiendo que los 3 goles eran importantes para conseguir un objetivo (ganar un partido, una eliminatoria, etc.). Analiza los implícitos que hay en el texto: ¿qué puntos son ambiguos?, ¿qué cosas se dan a entender?, ¿qué importancia tienen?
8. ¿A quién se cita y a quién no?
Ningún texto está solo. Cada escrito se conecta con otros: toma ideas de textos precedentes; utiliza palabras de otros autores; argumenta en contra de otras opiniones. Lo hace de manera explícita, denominando al autor y poniendo entre comillas sus palabras, o de manera implícita, copiando o parodiando las ideas y las palabras sin destacarlos. Esas citas ejercen varias funciones: otorgan autoridad al texto (al citar a alguien importante o a una ley), lo relacionan con una corriente de pensamiento (al citar a un autor significado en este sentido), critican una opinión (al citar a un contrario) o incluso ironizan o satirizan algo (al citar con humor). Conviene tener presente que las palabras citadas no siempre tienen el mismo significado que tenían en el texto original. Lee atentamente el texto e identifica las ideas y las palabras procedentes de otros escritos y autores: ¿son explícitos o implícitos?, ¿qué función desempeñan?
9. ¿Qué palabras utiliza el texto?
El autor ha elegido unas palabras y ha descartado otras y eso puede darnos pistas, porque las palabras cargan con las connotaciones del día a día. Fíjate en las diferencias que hay al escribir los alumnos o los alumnos y las alumnas o el alumnado; tampoco es lo mismo leer las mujeres de la limpieza o el personal de limpieza, moros o árabes, negro o africano; tampoco dice exactamente lo mismo referirse a las islas Malvinas o a las Falkland o al descubrimiento de América y la invasión europea. Fíjate en las palabras que usa el texto: ¿cuáles te sorprenden?, ¿por qué?, ¿qué palabras usarías tú para decir lo mismo?
10. ¿Cuál es tu opinión?
No confundas comprender un texto con estar de acuerdo con el contenido, con lo que dice. Muchos textos que podemos entender bien pueden expresar ideas opuestas a las nuestras, pueden utilizar un lenguaje que nos disguste o incluso despertar sensaciones desagradables. Por ello, es importante que tengas claras tus propias ideas y sensaciones y que las contrastes con las del texto: ¿te gusta o no?, ¿estás de acuerdo?, ¿en qué puntos discrepas?, ¿cómo lo explicarías tú?  
En resumen, recuerda la comparación que hacía al principio entre los escritos y las conversaciones. Podemos leer con respeto y atención cada texto, del mismo modo que escuchamos educadamente a nuestro interlocutor y participamos en las conversaciones de manera constructiva. Pero eso no significa que nos creamos todo lo que se dice, ni lo que se escribe. Interpretar un texto significa darse cuenta del valor que tiene su contenido en nuestra vida y en nuestro entorno.

sábado, 27 de noviembre de 2010

GUÍA PARA ELABORACIÓN DE ESCRITO MONOGRÁFICO PARA ALFABETIZACIÓN

Guía para la presentación de un escrito monográfico en Alfabetización académica.
(Aclaración: este trabajo está destinado para alumnos que no cursen Práctica o no presenten monografía en esa materia)
  • Cantidad de integrantes: no más de dos (hasta dos integrantes)
  • Presentación: Martes 7 de diciembre de 2010 de 19 a 19.30 en el salón planta baja de la Comisión 1 de Profesorado para Educación Primaria.
  • Portada: En la portada de su trabajo deberá incluir los siguientes datos: Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, Instituto de Nivel Terciario de Villa Ángela, Profesorado de Educación para Nivel Primario, Materia, Tema de la monografía, Alumno/a, Profesor/a, Curso, Comisión, fecha de entrega.
  • Tipo de letra: Arial o Times New Roman 12. Interlineado 1,5, márgenes: 2cm. Tinta negra. Tamaño de hoja: A 4. Páginas numeradas. 
  • Extensión: deberá contener cómo mínimo 8 páginas (máximo 10)
Texto sugerido: El lector iddeal es el lector adolescente. (en página12)
 Bibliografía obligatoria:

  •       Jack Goody ?Alfabetos y escritura' en RAymond Williams (ed) Historia de la comunicación, Barcelona, Bosch,Comunicación, 1992.

  • Calvet, Jean. La lección de escritura.La tradition orale. Paris , P.U.F. 1894. Traducido por Roberto Bein.
  • Fedro, Platón.
  • Ong Walter, Oralidad y escritura. FCE, 1987
  • Pattanayak, D.P. La cultura escrita. un instrumento de opresión, en Olson y Torrance, Cultura y oralidad. Barcelona.Gedisa, 1991.
  •     Lêvi-Strauss, Claude. La lección de escritura. Tristes trópicos, Eudeba, 1970
  • A partir de la bibliografía obligatoria, en la que se explica la estructura y los modos de escribir una monografía, elabore un escrito monográfico, siguiendo las pautas de escritura propuestas en la bibliografía del cuadernillo y en lo desarrollado en clase (exhibido en el post sobre monografía en este blog)

  • Temas posibles a desarrollar:

    • ¿Puede la oralidad reemplazar a la lectura y la escritura?
    • La escritura es un instrumento de poder
    • La lectura y la escritura son instrumentos de opresión.
    • La lectura y la escritura son instrumentos de liberación.
    • ¿El libro, es reemplazado por nuevas formas de leer y escribir?
    • a. Para lograr de este tema en su escrito deberá en primer lograr realizar una lectura exhaustiva y minuciosa de los artículos propuestos.
    b. Elabore un cuadro en el que pueda contrastar qué dice cada autor sobre la oralidad, la escritura, ventajas, desventajas, con esta tarea logra procesar la información relevante. (Confrontación de fuentes)
    c. Construya su plan de escritura con los conceptos claves, una tesis o idea que Ud. desee sostener sobre el tema propuesto y al menos tres preguntas o cuestiones que le permitirán  desarrollarlo, analizar la bibliografía y llegar a algún tipo de conclusión donde podrá fundamentar su mirada personal desde lo estudiado.


    viernes, 12 de noviembre de 2010

    Textos para parcial: Segunda parte.

    INSTITUTO DE NIVEL TERCIARIO DE VILLA ANGELA
    PROFESORADO  DE EDUCACIÓN PARA NIVEL PRIMARIO


    Tarea 2
    1. ¿Cuál es la tesis del texto? Resumíla en 20 palabras o en dos renglones.
    2. ¿Estás de acuerdo con ella? ¿Por qué? Da tres razones.
    3. ¿Qué ideología tiene el texto?
    4. ¿Cómo lo sabés? Subrayá en el texto lo que te lo indique y explicálo brevemente.
    5. Después de leer el 2º texto, modificá tu respuesta si querés, en relación con el texto 1 y las respuestas que elaboraste en relación con él.

     

    Un político sin herederos

    S. K.
    Jueves 28 de octubre de 2010 | Publicado en edición impresa 

       NO faltarán los insensatos que celebren su desaparición. Son ciegos y no sólo insensibles. No sólo impermeables al dolor personal; impermeables, además, a las graves consecuencias políticas que esta desaparición abrupta acarrea a la República. Porque con Néstor Kirchner no murió ante todo un ex presidente, sino el político más poderoso del país. Quiera Dios, por otra parte, inspirar a la presidenta de la Nación y a quienes suelen aconsejarla para que, en sus pronunciamientos venideros, no hagan de este episodio tan penoso una fuente de espurias rentabilidades políticas. La moderación que necesitamos desde hace mucho hoy es más indispensable que nunca.
      No, la muerte de Néstor Kirchner no beneficia a nadie. Obviamente, no beneficia al oficialismo. Pero tampoco favorece a la oposición. Es, definitivamente, un acontecimiento desgraciado para la democracia argentina. La magnitud de las incertidumbres que genera no puede, todavía, ser debidamente inventariada. Pero es y será, sin duda, determinante. Y su incidencia puede resultar agravada por quienes no vacilen en hacer de lo sucedido un uso demagógico. Al igual que en el caso de Juan Perón cuando falleció Eva Duarte o en el de Isabel Martínez cuando murió Juan Perón y en el más reciente de Ricardo Alfonsín cuando falleció su padre, Cristina Fernández se verá investida con los atributos con que la justificada conmiseración pública y la idealización inevitable suelen coronar a quienes, por una u otra razón, se convierten en deudos eminentes de las grandes figuras desaparecidas. Eso es comprensible. Pero también lo es la inquietud de quienes temen que esa piadosa cercanía y esa solidaridad pasen a ser instrumentadas ideológicamente por quienes suelen valerse del dolor de la gente para afianzar su poder.
       La muerte de Néstor Kirchner va a acelerar la fragmentación del Frente para la Victoria. Provocará, es predecible, tensiones y enfrentamientos entre sectores que se disputarán a brazo partido la condición de cabales representantes del ex presidente difunto. Pero lo cierto es que Néstor Kirchner no deja herederos. Su liderazgo siempre fue excluyente y no inclusivo. No faltarán, sin embargo, quienes se empecinen en presentar a Cristina Fernández como su legataria. Se equivocarán. La Presidenta fue su aliada. La única persona que estuvo situada en un pie cercano a la igualdad con él. Pero él no la preparó para recibir su herencia imaginaria, sino para preservar su capital político mientras él, en un cono de sombra más que tenue, seguía ejerciendo el poder.
       Néstor Kirchner jamás renunció a su liderazgo. Como otras figuras de nuestra historia, fue un dirigente solitario. Defensor avaro y feroz de su protagonismo. El verticalismo fue su norma; la transversalidad, su máscara. Por detrás de la retórica del compañerismo ejerció siempre, rudamente, una implacable hegemonía personal.
    Néstor Kirchner murió en su ley. Su muerte impacta, conmociona, pero no sorprende. Fue una muerte anunciada. Jamás retrocedió ante la adversidad ni ante sus adversarios, a los que concibió únicamente como enemigos. Tampoco el riesgo de la muerte lo arredró. Hacía ya mucho que desdeñaba las advertencias de su cuerpo enfermo. Ellas eran inaceptables para él. En todo, la desmesura fue su norma. Homero supo distinguir entre la osadía y el coraje. Muchos dirán que Néstor Kirchner fue un hombre de coraje. Tal vez. Como político, lo caracterizó mejor la osadía. Los límites ofendían su omnipotencia. Sobran los ejemplos desde el año en que asumió por primera vez la gobernación de Santa Cruz hasta el aciago día de ayer, empañado para todos los argentinos por su muerte.
       Quienes no coincidimos con él hubiéramos preferido que lo derrotara la democracia y no la muerte. Pero acaso no resulte exagerado afirmar que él prefirió la muerte. El desenfreno, repito, fue su rasgo distintivo. Kirchner podría haber sido un personaje elocuente de cualquier tragedia griega. Y, como en una tragedia griega, su desaparición no resuelve el conflicto, sino que viene a complejizar aún más el significado de la trama que caracteriza la difícil situación argentina.
    Se esté a favor o en contra de lo que hizo y significó Néstor Kirchner, su desaparición es una desgracia que nos afecta a todos. La fragilidad institucional de la Argentina recibe, con su muerte, un golpe más y uno de los más hondos desde el retorno del país a la vida constitucional. El vacío que deja es el que generan los caudillos cuando se van. Mientras gobiernan, aspiran a serlo todo. Cuando pierden el poder y, como en este caso, la vida, ya nadie los representa.



    Textos para parcial: Primera parte

    Primera parte

    INSTITUTO DE NIVEL TERCIARIO DE VILLA ANGELA
    PROFESORADO  DE EDUCACIÓN PARA NIVEL PRIMARIO

    Apellido y nombres: …………………………………………………………….……..Curso y División:……………
    Tarea 1
    1.       ¿Cuál es la tesis del texto? Resumíla en 20 palabras o en dos renglones.
    2.       ¿Estás de acuerdo con ella? ¿Por qué? Da tres razones.
    3.       ¿Qué ideología tiene el texto?
    4.       ¿Cómo lo sabés? Subrayá en el texto lo que te lo indique y explicálo brevemente.

    La muerte nunca fue peronista. Publicado el 28 de Octubre de 2010
                                                                            Por H.B. Periodista, escritor y politólogo.

       El modelo nacional y popular es más que un hombre. Debe ser más que un hombre. Está condenado a ser más que un hombre. Es más, para que la muerte de Kirchner no sea vana, el modelo debe ser sostenido, continuado, profundizado.
       La muerte no es peronista. Nunca lo ha sido. Es más, siempre ha acogotado a los líderes justicialistas en los peores momentos de la historia. En 1952, cuando los años felices comenzaban a ensombrecerse y la crisis económica decía presente, se llevó al corazón vibrante del peronismo: Evita. Anidó allí, en el lugar más íntimo de la mujer, para impedir la fecundización de un proyecto político diferente al que había gobernado la Argentina durante 100 años. En 1974, cuando el peronismo se hacía incontenible, cuando la violencia arrasaba el país, la muerte acabó con el único hombre que podía contener la tragedia: Juan Domingo Perón murió solo en su habitación de Olivos. Ayer, en este 2010 que hasta ahora había sido resplandeciente, la muerte le pegó una patada en el pecho a una pieza clave del armado político peronista. En vísperas a que la sociedad debatiera qué proyecto de país quería para sus próximas décadas, se llevó al estratega máximo del “modelo nacional y popular”.
       Néstor Kirchner fue uno de esos “locos” que no abundan en la Historia. Asumió la presidencia después de la tormenta de 2001 y fue una tromba. Flaco, desgarbado, desaliñado, ese 25 de mayo de 2003 jugó con el bastón de mando, sonrió, hizo muecas, se divirtió, y dio uno de esos discursos inolvidables para la política argentina: “Formo parte de una generación diezmada. Castigada con dolorosas ausencias. Me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a los que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada. No creo en el axioma de que cuando se gobierna se cambia convicción por pragmatismo. Eso constituye en verdad un ejercicio de hipocresía y cinismo. Soñé toda mi vida que este, nuestro país, se podía cambiar para bien. Llegamos sin rencores, pero con memoria. Memoria no sólo de los errores y horrores del otro. Sino que también es memoria sobre nuestras propias equivocaciones.”
       Y después, claro, hizo todo aquello que hacen los políticos: acertar, errar, negociar y gobernar con mayor o menor grado de felicidad. Pero su principal virtud era –doloroso pasado– que solía salir del molde del político racional y especulativo. Lo demostró en la manera en que se dejaba aporrear por la gente, en la forma en que sacudió al periodista Claudio Escribano, cuando este lo amenazo desde La Nación, o cuando desautorizó a George W. Bush en la cumbre de presidentes en Mar del Plata y decidió “enterrar el ALCA”. Ni que hablar cuando hizo bajar el cuadro de Jorge Videla de las paredes del Colegio Militar de la Nación. Kirchner huía para adelante. Esa era su principal virtud: cierto coraje que no abunda en los ámbitos políticos. No gobernó para los poderosos de este país y del mundo. Aun entendiendo las reglas del juego siempre traccionó sus políticas en beneficio de las mayorías. Era duro para negociar con los duros. Crecimiento sostenido, inclusión social, el Estado como árbitro, la inclusión del movimiento obrero organizado en la discusión del poder, la política de justicia respecto de las violaciones a los Derechos Humanos, el desendeudamiento, el orden fiscal, la independencia de criterio en política internacional, el fortalecimiento de los lazos regionales –no es casualidad que haya sido elegido como el primer “presidente” de la Unasur–, el regreso de la política como agonía y discusión fueron algunas de las buenas nuevas que puso Kirchner sobre la mesa en este nuevo siglo. La cotidianidad, la familiaridad, las histerias y neurosis colectivas suelen mellar la posibilidad de hacer un análisis político serio. La ausencia y el paso del tiempo van a confirmar estas palabras que voy a escribir ahora: los años del kirchnerismo –que vivimos y seguiremos viviendo– van a ser recordados como los más felices de los últimos 50 años por el pueblo argentino.  
       La muerte de Kirchner abre las puertas a todo tipo de especulaciones. Desde las más mezquinas y miserables hasta aquellas que son justificadas por el temor y la incertidumbre. Nada de lo que se diga hoy es válido. El futuro se irá amoldando en función de las decisiones y las conductas políticas de los distintos actores. Sin dudas, no se trata de un hecho más, claro. Kirchner era el hombre pragmático de la pareja, el que sabía tejer el entramado de poder, la estrategia política. Su ausencia deja un vacío muy difícil de llenar. Por estilo, por carácter, por visión política. Pero no es todo. El modelo nacional y popular es más que un hombre. Debe ser más que un hombre. Está condenado a ser más que un hombre. Es más para que la muerte de Kirchner no sea vana el modelo debe ser sostenido, continuado, profundizado.
       Y allí está Cristina Fernández, su mujer y su compañera, y presidenta de la Nación. Se abre una nueva etapa para ella, es cierto, pero también se trata de una continuidad. Las comparaciones históricas en este caso son nulas. No hay vacío de poder, no hay necesidad de buscar herederos o remplazantes. Y Cristina no es Isabel –María Estela Martínez de Perón–, como quieren imponer absurdamente algunos voceros de la oposición. Esta es su hora más difícil, seguramente. Pero las miles de personas que ayer fueron a la Plaza de Mayo la acompañan y la sostienen. Y también habrá que ver cómo impacta en la sociedad la muerte del ex presidente, cómo responde en las encuestas de opinión, de imagen, de intención de votos.
       Kirchner fue –otra vez el maldito pasado– un actor fundamental en la política, pero la construcción del modelo no puede depender de la voluntad de un hombre. Es necesario que la dirigencia, los cuadros y la militancia conviertan el dolor en fervor, la tristeza en convicciones, el abrume en compromiso y el temor en alegría. Porque el futuro y los destinos de este país se juegan en los próximos meses. Y el peronismo debe hacer todos los esfuerzos posibles para que las conquistas de estos últimos siete años no se derrumben. 
       Hace unos días, escribí que el kirchnerismo era hasta ahora el último traje que utilizó el movimiento nacional y popular democratizador, desmonopolizador, en este país para enfrentar al liberalismo conservador concentrador de las riquezas. La perspectiva histórica nos demuestra que todo pasa, incluso los hombres, y lo que quedan son las ideas, la voluntad política, la organización y las transformaciones. Es tiempo ahora de consolidar las estructuras que deben sostener y profundizar el modelo, es tiempo de construir la columna vertebral de que ponga de pie al modelo después de la tristeza. Y habrá que comprender que en esta especie de barajar y dar de nuevo la cabeza será Cristina Fernández y el eje, una vez más, el movimiento obrero organizado. A partir de allí, se podrá construir un nuevo andamiaje que incluya a los gobernadores e intendentes y a los sectores progresistas que comprendan la contradicción fundamental de esta nueva instancia política.
       Entre las cosas más importantes que Kirchner le aportó a la Argentina fue la devolución de la política entendida como conducción, decisión, gestión e ideología. Le devolvió el valor a las palabras: hoy no es posible pronunciar un discurso haciendo playback. Es imposible que alguien se confunda de discurso, como le ocurrió a Carlos Menem, por ejemplo. Lo que se dice tiene peso propio. A los que no crean en esto los invito a releer el discurso de asunción del 25 de mayo de 2003. Verán que Kirchner siempre tuvo un proyecto político, que no mintió, que fue coherente –con pequeñas contradicciones, claro– con su pensamiento. De muy pocos presidentes se puede decir lo mismo. Y además casi siempre hablaba en plural, como si hubiera un nosotros, como si fuera uno más, acaso un primus inter pares.
    La otra gran característica fue su nacionalismo político. Kirchner puso a discutir los distintos discursos sobre la Nación. Cierta dignidad arrabalera, primaria, primitiva, si se quiere, campeaba en la forma en que el “flaco de traje gris abierto” se relacionaba en materia de relaciones exteriores y de negociación con los organismos de créditos y en la defensa del Estado contra el abuso de las empresas trasnacionales.
       Con la muerte de Kirchner se acaba también una dinámica política determinada. Se abre otro tiempo, un momento de mayores debates, de profundización, de mayor trabajo y compromiso para aquellos que creyeron y creen en el proceso progresista que se inició en 2003. Hugo Moyano dijo ayer algo muy significativo: “Después de Perón nunca nadie le dio tantas cosas a los trabajadores como Néstor Kirchner.” Es una gran definición política. Cuando la neurosis pase de largo en esta sociedad podrá evaluarse con justicia lo que significó el ex presidente para este país. Pero hay que remplazar la mirada histérica por la visión histórica. Para el que escribe estas líneas, el de Néstor Kirchner fue uno de los mejores gobiernos de toda la historia argentina. 
        (Final personal: En una sola oportunidad pude entrevistar al ex presidente Kirchner. El encuentro se produjo en diciembre de 2002 cuando él todavía era precandidato a las elecciones. Como ocurre siempre en las entrevistas políticas, cuando se apagó el grabador nos quedamos charlando un rato largo sobre política, economía, y otras cuestiones. Estaban presentes Alberto Fernández y Miguel Núñez. Kirchner sudaba voluntad de poder, pero también transpiraba convicciones políticas. Antes de despedirnos me hizo una pregunta personal. “Si yo llego a ser presidente y vos tuvieras que pedirme una sola cosa ¿qué me pedirías?” Lo miré y con cierta inocencia, le respondí: “Un país con un mínimo de dignidad.” Canchero, llevó su mano al hombro y me dijo: “Olvidate, dalo por hecho. No te voy a defraudar, entonces, gordo.” Nunca tuve oportunidad de decírselo y aprovecho estas páginas para hacerlo, en vano, ya que no podrá leerme. Casi como una catarsis y un homenaje te digo: “No me defraudaste, flaco.”)

    martes, 19 de octubre de 2010

    Trabajo Práctico: Géneros académicos

    Estimados alumnos del espacio: Competencia Comunicativa

    • A continuación se ofrecen ejemplos de libros on line que responden a algunas de las categorías de textos académicos que se les ha sugerido buscar para la elaboración de los trabajos prácticos. Para acceder a los ejemplos deben clickear sobre los links. (En cada texto explorado se recomiendo observar en detalle: portada, prólogo, si posee bibliografía al final del libro o capítulo)
    • Antes de ingresar a los ejemplos es importante recordar cuál es el sentido de la búsqueda de estos tipos de textos. En clase acordamos que podemos llamar texto académico a  cualquiera de las producciones orales, escritas, audiovisuales,  que tienen lugar en el marco de las actividades científicas y universitarias o de nivel terciario, que responden típicamente a la intención básica de producir o transmitir conocimientos sistemáticos de alcance social y cuyos destinatarios son los miembros de las distintas comunidades científicas y universitarias a nivel local, nacional o transnacional. Los textos académicos son, por ejemplo, un artículo de una revista especializada en alguna disciplina, una clase magistral de apertura de un curso universitario o de nivel terciario, un trabajo práctico con carácter de parcial,  una ponencia en unas jornadas de investigación, un registro documental en video acerca de un hecho bajo estudio, etc. No serían, en cambio, textos académi­cos cosas como las películas de las salas de cine o TV, las obras literarias, los documentos religiosos, las alocuciones políticas, las comunicaciones cotidianas, etc.

      >El artículo científico (Ejemplo de un artículo sobre la evolución humana)

      *  Una vez recorridos los links, se solicita que en dichos textos se observe y registre los rasgos esenciales de los géneros académicos explorados:
          *Emisor o autor del texto: Experto, especializado en ... (indicar la posible disciplina)


      *Intención: directamente asociada a los procesos de produc­ción del conocimiento
      *Destinatarios: miembros de la comunidad académica
      *Origen: "academias", es decir, instituciones ligadas a la producción del conocimiento (universidades, círculos cientí­fico-tecnológicos, centros de investigación, etc.).
      En general, los textos académicos se caracterizan por ser los productos lingüísticos típicos de un cierto contexto sociocultural conocido como Academia (universidades, centros de investigación, asociaciones científicas, grupos de desarrollo intelec­tual, etc.).
                  Dentro del contexto académico podemos distinguir diferentes clases de marcos situacionales, los cuales resultan importantes para el análisis e interpretación de cada texto particular. Así, por ejemplo, tenemos el marco situacional defi­ni­do por los requerimientos de graduación en el sistema educativo profesionalizante (tesis, trabajos de grado...), cuyos textos asociados revisten rasgos característicamente diferentes a aquéllos de los textos generados en el marco situacional definido por requerimientos ocupacionales (investigaciones pagadas o contratadas, por ejemplo) o en el marco de la difusión y el intercambio científico-tecnológico (revistas especializadas, por ejemplo), etc. Lo importante aquí es que los textos académicos no son todos de un mismo perfil, sino que varían a partir del marco situacional que los genera.
       Tipos de Texto según su Orientación Pragmática
      Los textos se estructuran pragmáticamente según alguno de los siguientes sistemas de actos:
      A. Textos orientados a Responder una pregunta
      Son los típicos textos investigativos, que parten de una incógnita asociada a una determinada relación teoría-hechos, y que elaboran representaciones donde se determina un valor para esa incógnita. Pero esta acción de Responder varía de acuerdo al tipo de incógnita y de representación asociada, en los siguientes términos:
      A1. Textos orientados a Describir: se responde a incógnitas del tipo “¿cómo es x?”, “¿qué es x?”, “¿qué propiedades satisface x?”, etc.
      A2. Textos orientados a Explicar: se responde a incógnitas del tipo “¿por qué x?”, “¿qué clase de hechos x interdepende de los hechos z?”, “¿cómo incide x en z?”, etc.
      A3. Textos orientados a Contrastar conocimientos (vali­dar, evaluar...): se responde a incógnitas del tipo “¿es cierto que p ® q?”, “¿Se comportan los hechos z según indica el modelo x?”, “¿Es consistente el modelo x?”, etc.
      A4. Textos orientados a Aplicar conocimientos: se responde a incógnitas del tipo “¿cómo hacer para que x?”, “¿cómo incrementar la calidad de la acción x?”, etc. Se trata esta vez de textos que contienen propuestas de acción o secuencias operativas conducentes a una situación ideal, partiendo de una cierta dificultad u obstáculo procedimental.
      B. Textos orientados a Demostrar una proposición (o conjunto de proposiciones)
      Obedecen al antiguo concepto de ‘tesis’, en el sentido de que todo el acto discursivo se diseña en función de evidenciar la verdad de una proposición . Existen mecanismos lógico-matemáticos (aplicando reglas de derivación de un sistema formal) y formas verbales (argumentativas) de demostración.
      C. Textos orientados a Problematizar
      Se busca mostrar faltas de correspondencia o de acuer­do entre los datos de conocimiento de un sistema o entre los conocimientos y los hechos o entre las situaciones ideales y las situaciones reales.
      D. Textos orientados a Sistematizar datos de conocimiento (organizar, compilar, registrar)
      Estos textos no siempre crean conocimiento nuevo ni reafirman o contradicen conocimientos dados ni plantean problemas; más bien funcionan como ‘memoria’ de todo ello. Pueden tener la simple intención de inventariar productos académicos o bien la de difundirlos o divulgarlos. Ejemplos: los “estados del arte”, las enciclopedias científicas, las bases de datos, etc.



    martes, 14 de septiembre de 2010

    Estimados alumnos

    Dar click sobre la palabra Download  para bajar el documento que contiene los recursos y las operaciones lingüístico-cognitivas que predominan en el texto Oralidad y escritura de Walter Ong



    Si por alguna razón no es posible acceder al documento, escriban al siguiente e-mail:  circes@gmail.com.

    Modelos de Ficha. ¿Cómo se hace una ficha bibliográfica?

    A continuación les proponemos cuatro modelos de ficha que podrán utilizar para las distintas asignaturas de la carrera (la clasificación de fichas es mucho más amplia, pero nos interesa que comprendan al menos cuatro modos básicos de fichar una bibliografía sugerida por el docente o de interés del alumno)

    Fichas bibliográficas
    La ficha bibliográfica es una ficha pequeña, destinada a anotar meramente los datos de un libro o articulo. Estas fichas se hacen para todos los libros o artículos que eventualmente pueden ser útiles a nuestra investigación, no solo para los que se han encontrado físicamente o leído. En ellas se registran las fuentes encontradas, por ejemplo, en el catalogo de una biblioteca, en una bibliografía, en índices de publicaciones, etc.
    a.   Ficha bibliográfica de un solo autor
    Sirve para anotar las referencias bibliográficas de una libro de una solo autor, para evitar confusiones los datos anotados deben ser precisos. Ejemplo:
    GALTUNG, Johan. teoría y métodos de investigación social, Tomo I y II. Buenos Aires, Editorial universitaria, 2da edición, traducción de Edmundo Fuenzalida Faivovich, 1969, 603 págs.
    b. Ficha de síntesis
    Es la que se utiliza para consignar, en pocas palabras, el extracto del texto consultado. Se debe tener cuidado de no omitir o tergiversar el contenido No es necesario utilizar una tarjeta especial para los comentarios personales acerca de la fuente, puesto que es conveniente incluirlos en la misma ficha que la registra. Se escriben entre corchetes documento de formato, o menor de 250 palabras ni mayor de 500 palabras(aproximadamente de una a dos paginas tamaño carta, a doble espacio), cumpliendo con las normas básicas de técnicas de investigación documental, conteniendo: En el encabezado: nombre de la unidad, nombre del autor o autores de la ficha, titulo de la ficha. En el cuerpo de la ficha: objetivos del escrito, exposición de análisis del tema o de las respuestas de las preguntas formuladas en el programa de trabajo, o por tutores. La ficha síntesis implica un objetivo especifico de análisis en torno a la cual se desarrolla una argumentación breve.
    Las reglas del método sociológico explican lo siguiente:
    • Que hechos sociales deben ser considerados
    • Investigaciones de los hechos sociales
    • Que los hechos normales y patológicos de una sociedad son consustánciales
    DURKHEIM, Emile. Las reglas del método sociológico, pp. 40-155.


    c. Ficha de resumen
    Contiene en forma abreviada, los aspectos más importantes de un tema estudiado, o el resumen de una lectura .Es de gran utilidad, ya que además de su fin primordial de facilitar el aprendizaje de la materia, esta puede adiestrar en la relación y jerarquización de conceptos. Se encabezan con el titulo de la signatura q que se refieren, el tema específico y un número que permita organizarlas en un fichero.
    Tratamiento y análisis de datos
    GALTUNG, Johan. Teoría y métodos de la… 557 p.
    Estudia el tratamiento y análisis de datos.
    Los temas considerados en el texto son: distribuciones, pautas, hipótesis, análisis, teorías y algunos apéndices sobre los tópicos mencionados.

    d. Ficha textual con cita indirecta combinada
    Consiste en extraer citas textuales de un autor que ha citado a otro adicionando sus palabras al párrafo o fragmento del libro utilizado. Ejemplo:
    Definición de conceptos
    La definición de conceptos permitirá evaluar correctamente los resultados de la investigación.
    Un concepto es una representación abreviada de una diversidad de hechos.
    ROJAS SORIANO, Raúl. Guía para realizar investigaciones sociales, p.69, cita a Mc Clelland, citado por Selltiz, Jahoda, et al. Métodos de investigación en las relaciones sociales, p. 58.